CAUDILLOS, MARIONETAS Y COMPARSAS

Creado en Martes, 20 Noviembre 2012

Caudillos, marionetas y comparsas

Juez Francisco J. Dall'Anese

El pasado 15 de noviembre recibí, con asombro,  la noticia de  la arbitraria destitución del Magistrado  costarricense  más  notable  de  los  últimos  tiempos,  el  doctor  y  profesor Fernando  Cruz  Castro,  ejemplo  de  probidad,  independencia  y  excelencia  profesional. Destitución  disfrazada  de  "no  reelección"  por  parte  de  38  personas  que figuran  en  la  planilla  de  la Asamblea  Legislativa.  Pero  con  estupor  he  leído  las palabras  de  una  de  estas, Fabio Molina, quien sin vergüenza alguna reiteró que el hecho "[...] es 'una llamada  de atención' a la Corte Suprema [...]" (La Nación, 17/11/2012). Los mensajes son más que claros: el Magistrado o  la Magistrada que no se subordine al dictado de  los políticos no será reelecto, porque los procesos —solo formalmente judiciales— se decidirán desde las curules.

 

 

 Si cobrar la independencia de un juez pagándose con su destitución es muy grave,  pregonarlo  con  desfachatez  solo  nos  confirma  el  atentado  a  la  República,  porque  de  acuerdo al deseo de Molina y sus 37 seguidores,  las causas  judiciales se resolverán por  "los contactos" que se  tengan con políticos  influyentes y no con  los argumentos  legales  que se puedan exponer ante los jueces.

 Y  como  si  eso  resultara  insuficiente,  Víctor  Ramírez  en  su  comentario  titulado  Sobre un siniestro episodio (La Nación, 17/11/2012), nos notifica el redireccionamiento al  caudillismo democrático: "[...] Todos sabemos que esos diputados [los que votaron contra el  Magistrado  Cruz]  no  son  más  que  marionetas  movidas  por  los  hilos finos,  aparentemente  invisibles,  de  oscuros  designios  que  buscan,  con  esta malévola  jugada,  abrirle el paso a la impunidad de autoridades superiores [...]".

 De acuerdo a Volpi (El  insomnio de Bolívar, p. 113) bajo esta dinámica política, el  caudillo  está  por  encima  de  cualquier  poder  formal,  de  modo  que  "[...]  Comprados  o  diezmados, jueces y legisladores extravían sus facultades, se supeditan a los deseos del caudillo y se  transforman en comparsas  [...]". Si  la premisa de Ramírez es cierta,  los 38 empleados de las autoridades superiores se pretenden titiriteros de jueces convertidos en marionetas. Con ello  la separación de  los poderes constitucionales se quebraría, porque pesa sobre  los  jueces  la amenaza de destitución si no  resuelven como dicten políticos y  caudillos.

 Confío  que  lejos  de  marionetas,  los  jueces —que  juramos  cumplir  fielmente  la  Constitución y las leyes— actuaremos como fieras en defensa del Estado de derecho y no permitiremos el secuestro de la justicia por parte de 38 servidores de caudillos.

 La  destitución  del  Magistrado  Fernando  Cruz  debe  revertirse  para  salvar  a  la  República. La democracia debe defenderse a cualquier costo.

 Sería  interesante  conocer  el  nombre  de  la  persona  que  pretenden  imponer  en sustitución de don Fernando. Este sería el comparsero número 39.

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